Yo

Yo

viernes, 28 de febrero de 2014

Desahogo

Tengo que sacarlo porque en verdad me está causando dolor de estómago:
Salí de un lugar en donde me di la oportunidad de conocer personas que quizás de primera instancia me parecían nefastos. Gente a mi parecer superficial, hipócrita y convenenciero. Me dije “no juzgues sin conocer” y creí que un ser supremo me había cerrado la boca porque empecé a tratar a cierta gente y me di cuenta que no era tan mala como parecía.

Ahora, he dejado este lugar, solamente para enterarme que estas mismas personas se encargaron de calificarme de la peor manera posible en mi desempeño. No voy a decir que fui la mejor empleada, pero puedo asegurar sin miedo a equivocarme que no fui la peor. Vi pasar gente conchuda y floja a quien se le premiaba y aplaudía todo lo que hacía. De la misma manera vi pasar gente brillante y comprometida a quien nunca le reconocieron el trabajo. ¿Yo? Yo estuve más del lado de la gente responsable y comprometida con su trabajo, eso lo sé y eso nadie me lo va a quitar. Siempre fui de las persona que si necesitaban que nos quedáramos tarde lo hacía sin poner caras (cuando otros que siguen ahí reclamaban, se emberrinchaban y tenían la peor actitud), cuando solicitaban apoyo en algún evento ayudaba con una sonrisa en la cara. Pero mi gran error fue haber sido una persona crítica y no ser un borrego que creía todo sin cuestionarlo. Me castigaron por atreverme a pensar diferente.
 ¡Y fui literalmente castigada! Solo que lo que pensaron que era un castigo en realidad era una bocanada de aire fresco porque pude convivir con otra gente muy amable, muy servicial y que me hacía tener un poco de esperanza en la humanidad. Lo gracioso es que a esta otra gente les decían “los apestados”… supongo que sí lo éramos, porque no éramos de la gente que criticaba, viboreaba, humillaba, menospreciaba a los demás. Éramos de la gente que daba lo mejor de sí en su trabajo, buscaba siempre ser mejores sin importar lo que los demás dijeran.

Es muy triste estar en un lugar que puede ser el número uno y no lo es por una simple y sencilla razón: no tiene a la gente adecuada para lograrlo. Y no hablo de números, porque esos ahí están, hablo de calidad humana, de compañerismo, de trabajo en equipo. Hablo de gente que se comunica y no habla a las espaldas de los demás, de gente que en vez de infundir miedo ponen el ejemplo con sus acciones.

Es muy triste estar en un lugar en donde no te hablan de frente y mejor se ponen a hacerte la vida imposible para que tú seas quien a la larga renuncie. Yo hubiera preferido mil veces que se sentaran conmigo y me dijeran “Mirna, ya no nos sirves, queremos que dejes el puesto” y en vez de eso lo que recibí fue exceso de trabajo, situaciones para hacerme decir “hasta aquí”. En su momento me subieron de puesto, pero mi salario era exactamente el mismo… y a final de cuentas, dije “hasta aquí” pero no en un berrinche. Empecé a buscar opciones, dos muy buenas se me presentaron, tuve la bendición de poder escoger y hoy, 28 de febrero, me doy cuenta que escogí bien: estoy en un lugar en donde, aunque se presenten situaciones, el compañerismo se siente, se respira. 
No es un ambiente pesado, los domingos no se me tensa el cuello pensando que al día siguiente tengo que levantarme para ir a un lugar en donde simplemente no me quieren. Hoy recibí mi primera quincena y de entrada ya veo que estoy recibiendo más, estoy recibiendo cosas que antes ni en sueños hubiera tenido, estoy trabajando y desarrollando verdaderamente mi potencial y no solamente revisando escritos de gente que ya debería saber escribir. Aquí la gente te ve y te saluda, no voltea la mirada y finge que no te vio. Aquí la gente sabe quién eres, conoce tu nombre y eso que nunca han sido presentados oficialmente. No estoy diciendo que este lugar sea perfecto, pero es sin dudas una mejoría.
Es muy triste darte cuenta que te dejaron caer en caída libre, esperando a ver si rebotabas o ahí te quedabas. Es muy triste que en una junta todos decidan que fuiste el peor empleado del área, y claro, eso nunca te lo dicen de frente y más bien tengo que enterarme como uno se entera siempre de las cosas ahí, por los chismes. Es muy triste que gente que pensabas que te tenía en buen concepto te dio la espalda porque una cabeza de equipo decidió que eras de lo peor del mundo.

Y todo esto es triste, sí, pero triste para ellos porque son personas que no son felices, son personas que no pueden ver que alguien sea capaz de hacer las cosas, son personas que se han convertido en simples borregos que siguen a una persona y que no entienden por qué alguien osa cuestionar las cosas.
Por fin he salido de un ambiente tóxico que ya nada aportaba para mi crecimiento personal ni profesional. Es triste darme cuenta que todo lo malo que pensaba de cierta gente era verdad. Es feo ver que mientras te sonreían por atrás te soltaban una puñalada.

Es triste que la misma gente conchuda, desentendida y floja que no hace nada sea la misma que sigue ahí, consentida del sistema mientras que muchos talentos deciden mejor irse.
En fin, es triste ver que el trabajo que uno realizaba, dando su mejor esfuerzo, no era considerado ni apreciado. Mi consuelo es que todo eso que la gente hace se regresa, todo lo que siembras es lo que cosechas. Yo no le deseo el mal a nadie, sería darle demasiada importancia a esa persona.
Sólo sé que hoy estoy bien, que voy subiendo y aprendiendo y que en mi camino solamente vienen cosas buenas. Lo siento por las personas que han dejado de subir y aspirar a más.
Yo soy una persona buena, responsable, comprometida, sincera, divertida; no soy perfecta, no me considero perfecta, pero tengo algo que esta gente no tiene: felicidad.
Felicidad porque encuentro lo bueno de todo, vivo mi vida al máximo, me río, me divierto, lloro, vuelvo a reír. Soy una persona afortunada, privilegiada y lo sé y por eso no vivo mi día malgastando todas las bondades que se me dieron.


Soy diferente, controversial, fuera de lo común quizás. No me importa, así soy feliz. He llegado adonde estoy y he logrado lo que he logrado gracias a ello. ¿No les gusta? Híjole, sinceramente no me importa porque sé que estoy haciendo las cosas de la mejor manera posible.

martes, 4 de febrero de 2014

Pásenle y vótenle

Hola a todos

En esta ocasión los vengo a invitar a que voten por una animación que hizo mi marido para un concurso de corto animado.

Entren a esta página: Concurso de Corto Animado 

Hasta abajo de la página, están todos los proyectos...si se van a la 2a página, el proyecto de mi marido es el de Gustavo G. Arista...porfa apóyenlo, voten por él, compartan con sus amigos...queremos ganar!

Les anexo el video para que lo apoyennnn

http://www.youtube.com/watch?v=eM62fSZpIvI